jueves, 28 de abril de 2011

Por fin.........

Por fin, y tras tres semanas de parón total por la fisura en una costilla, he vuelto a ponerme las zapatillas, y no para sacar a Elur de paseo, sino para trotar un rato y ver cómo respondía esta costilla.





A lo largo de esta semana he acumulado 60 km en bici (25 en rodillo), con desarrollos muy ligeros y sin forzar en absoluto, evitando en lo posible ponerme de pie para no zarandear la bici. Pensaba que si la movía de lado a lado tendría molestias en la costilla, ya que haciendo "vida normal" (como me dijo el médico) tenía algún dolor.



El caso es que sobre la bici, ningún tipo de molestia. Así que pensé que hoy podría trotar un ratillo. Y qué mejor día que éste, 28 de abril, San Prudencio, patrón de Álava, para alejarse de todo el bullicio festivo y perderse por los bosques del monte Almurrain.

La idea era trotar 20 - 25' suaves en terreno blando, pero como no tenía molestias en el pecho ni al respirar ni al saltar, pues he decidido hacer cima en Almurrain, un pequeño monte de 879 metros perteneciente a los Montes de Vitoria, que no tiene más que árboles, árboles y más árboles, donde apenas entra el sol y donde da gusto correr.
Suelo entrenar por esta zona una o dos veces por semana, y creo recordar que sólo me he cruzado con dos personas en el último año.
Una zona preciosa a tan sólo 10 km de Vitoria-Gasteiz, que la gente no conoce, tirándose más por Gorbeia, Aratz o Anboto. Que siga así.
Y para todos los que decimos que el descanso obligado nunca viene mal, me ratifico, ya que mi periostitis tibial ha desaparecido totalmente.







viernes, 15 de abril de 2011

Resumen de la semana: 0 km.

Esta semana han llegado mis nuevas zapatillas, las K-Swiss Keahou II, y creo que hasta dentro de 3 semanas (o más) no podré hacerles ningún km.


El sábado pasado, tras salir de la clase de Krav Maga, empiezo a sentir unas molestias en las costillas. Segun pasa la tarde la cosa va a más. Llega la noche y apenas puedo dormir por los dolores.

Pensando que pueden ser agujetas no le doy importancia, pero la cosa se complica porque me duele muchísimo al respirar, al hablar, al andar, al conducir...

Voy al servicio de urgencias de Txagorritxu de madrugada, y tras hacerme unas placas me dicen que tengo una fisura en una costilla. Anda que no me he acordado toda la semana de la clase de Krav Maga.

Y ahora llega el buen tiempo, he cogido casi 3 semanas de vacaciones y no puedo hacer nada. Sólo puedo hacer reposo total. Visto así, a mi tibia le vendrá bien.

De todos modos mañana iré a la Sierra de Cantabria a subir Recilla, piano piano... y ya el domingo me acercaré al santuario de Estibaliz, a 1 km de casa, para ver la llegada de la "XXVI Subida a Estibaliz", una carrera que parte de la estatua de San Prudencio en Armentia y acaba en dicho santuario. 15,5 km en una de las carreras más bonitas de Álava (para mí la que más), utilizando en parte de su recorrido el antiguo ferrocarril Vasco-Navarro (hoy vía verde), y que cada año gana más participantes gracias a la buena labor de la Sociedad Excursionista Manuel Iradier.

martes, 5 de abril de 2011

Semana tranquila

Esta semana la he dedicado por completo a la bici. Tenía la tibia derecha bastante tocada y decidí no salir a correr ningún día.

Así que el jueves me puse en manos de Iván Armentia, el fisio del K2, listo y preparado para ver las estrellas. Pero vi algo más que las estrellas.

Tras observar y masajear mis piernas, me preguntó si me daban miedo las agujas... Glups... En ese momento empecé a sudar en la camilla como si alguien hubiera subido la temperatura de la consulta hasta los 54ºC.

Decidí no mirar, pero tonto de mí que no pude evitar cómo abría el maletín... ese maletín lleno de agujas... madre mía!!!!! Y encima me dice el bueno de Iván que si noto un calambre en la tibia, así como si metiera los dedos en un enchufe, que le avise. Jo jo jo... me río por no irme corriendo de la consulta.

Tras preguntarle por el método, me informa: punción seca. Me mete la aguja en la pierna hasta llegar al músculo que hay tras la tibia y empieza a enredar. Noto cómo se me contrae contínuamente el músculo, y sólo pienso en que no llegue el posible calambrazo. Por momentos noto un dolor insoportable, y como digo, veo las estrellas de todo el universo y alguna más.

Saca la aguja y la vuelve a meter más abajo, cerca del tobillo. Ésta vez ya duele menos, y ya me puedo quitar los litros de sudor que estoy echando.

Resumiendo: lo que me ha hecho Iván es producir heridas tras la tibia, para que llegue más sangre a la zona afectada y en consecuencia más oxígeno.

Tras dos días cojeando y con alguna molestia, desaparecen los dolores y me atrevo a trotar 20' por la hierba. Las molestias han disminuído prácticamente un 80 %. Vaya máquina estás hecho, Iván.

Ahora toca estrenar la ropa para este año, que acaba de llegar la semana pasada.